domingo, 30 de noviembre de 2014

EFEMÉRIDES 2010: CICLISTAS NOCTURNOS

Bien es sabido por todos el interés de esta competición por el ciclismo y sus semejanzas. De hecho, gran parte de los mejores participantes de la historia se conocieron entre ellos debido a la práctica más mala que buena de este maltratado deporte.  Es por ello que no creemos que esta efeméride extrañe a nadie.

Nos ponemos en situación. Vitoria, noviembre de 2010. Una fría noche vitoriana esperaba a Vulkete, Enfrencio y Yudegas junto a otros compañeros del mundo de la pedalada. Todo apuntaba a bodega descomunal, y las cervezas de antes de la cena lo dejaron bien claro.

Desde los tiempos inmemoriales de Federico Martín Bahamontes, es conocida en las vascongadas el peligro que tienen los ciclistas en invierno, pues sus ebrias uniones distan mucho de el comportamiento de cualquier borracho de barrio acostumbrado a salir cada fin de semana. Y es que cuando la nocturnidad llama a la puerta de un ciclista, el terror llama a la puerta de la ciudad.
Esa noche fue una muestra más de ello, con el acicate además de vivir una juerga en una ciudad desconocida, lo que siempre ha aumentado el desenfreno y la desvergüenza.

Pisados varios bares y metidas de morro a varias féminas, decidieron cambiar el lugar en el que dar zapatilla. Pero las distancias eran más largas de lo esperado para las piernas explosivas de esfuerzos cortos de Vulkete, así que puso su pensamiento demoniaco a trabajar. Y antes de llegar a ninguna conclusión, vio una bici que cumplía las premisas buscadas. Le gustó tanto que decidió incluso guardarla en el coche en lugar de dirigirse con ella al nuevo bar. Pero pese a que se encontraba ante una bici plegable fue incapaz entre gritos y desequilibrios de meterla en el coche. Por lo que decidió que la primera idea era la buena, ir con ella al disco-bar.

Allí y ante la ausencia del candado, pues lo había roto Vulkete, entabló una conversación con el portero:
-“Eeeyyy socio, mira a ver si me cuidas la bici que se me ha olvidado el candado.”
-“Tu poder confiar en mi rubio maléfico.” Respondió con acento de rumanoiode el portero.

En ese bar continuaron la noche siguiendo la gloriosa danza del whisky que se estaban marcando esa noche hasta que el lugar regentado echó el cierre. Fue en ese momento cuando salieron y Vulkete no vio su nueva adquisición, por lo que fue a pedir explicaciones a su amigo Dimitri:
-“A ver tííííííííío te he dicho que me cuidases la bici, que vale más que tú me cago en cristo.”
-“Yo pelea, yo no poder ver todo, yo rumanoide pero no tener mil ojos.”

Entonces Vulkete tuvo que volver alicaído sin su nuevo vehículo a casa, cuando de pronto se cruzó con un biciclista que iba cantando al son de las eses que hacía con la pedalada.... Era la bici hurtada de Vulkete, quien corrió a por ella como si el mañana no llegase nunca. Mientras corría enajenado apenas pudo escuchar unas voces:
-“Mira Vulkete que bici más guapa he robado.”


Era el propio Enfrencio quien había robado la bici que anteriormente había robado Vulkete… Esa bici volvió a Burgos en las manos de Vulkete, y esta historia es una muestra más de que nadie en esta competición se libra de la llamada de la voz de la demencia, pues no solo hurtaron una bici una vez, si no dos en una noche…

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