Chety, ante todo un tipo feliz. |
Es bien sabido desde hace años el enorme valor sumatorio de los drogomingos, días que
cada semana que pasa van cogiendo más importancia, llegando a niveles extremos
como el de este fin de semana.
Era un drogomingo muy especial, puesto que el fin de semana había
dejado un regusto inolvidable a muchos participantes, y no solo a alcohol. Nos
referimos a que la semana pasada fue la otra Vuelta a Burgos, en este caso la ciclística
y no por ello menos esperada, ya que la presencia allí de Enfrencio y Vulkete
la otorga el aroma de días inolvidables.
Como decimos, después de un fin de semana apocalíptico con
miles de historias siguiendo la Vuelta (destacando unos muy dañinos Vekatron y
Wanchope) el drogomingo no quiso ser menos que sus antecesores sábado y
viernes. Y por obra y gracia de Vulkete se tercio una gran noche.
Wanchope acudió raudo a la llamada de Vulkete, puesto que
hacia meses que no se juntaban en términos
zapatilleros nocturnos. Y después de varias rondas cuando parecía que el
drogomingo acababa con solo esa pareja sumando, apareció la llamada al whisky-talkie de Wanchope de Papalas
y de Chety Loco, y en demencia absoluta se juntaron los 4 dando comienzo a lo
importante de la noche.
La locura de todos los Chetys es ampliamente conocida así
que a nadie debería extrañar que las ideas de Papalas y de Chety Loco solo fueran
encaminadas a un viaje sorpresivo a Isar, pueblo de Coral donde bebía con sus
compañeros de la sumatoria diaria pueblerina.
También es conocida la facilidad para apuntarse a los planes
de Vulkete y Wanchope, que ayudados por su estado bodeguero no se pensaron dos
veces el montarse en el coche de Chety. El viaje no tuvo desperdicio y dejo
bien a las claras las dudas de todos los presentes a la afirmación de que Chety
si posee el carnet de conducir. Ya que no solo se equivoco tres veces en el
trayecto, si no que realizo exhibiciones tales como conducir solo con las luces
de la gorra que llevaba puesta y apagar las del coche…. Todo esto a la 1 y
media de la mañana….
La sorpresa de Coral al ver a estos cuatro infraseres fue
absoluta, su estado bodeguero fue menos sorpresa. Allí Chety deslumbro a todos
los presentes (unos 10 isareños) con comportamientos y vocablos que solo pueden
imaginar quien le conozca ampliamente. Y entre juegos y juegos de bebercio discurrió
la noche hasta que a las 6 de la mañana todos decidieron irse y llego el
momento culmen de la noche.
Wanchope crecido ante su increíble fin de semana e imperial
estado de forma se decidió a hacer su ya típico circulo de la muerte meando alrededor
suyo mientras giraba sobre si mismo, momento que solo vio Papalas. Poco después
apareció en escena Chety, que afirmaba poder conducir al haberse bebido un Kas
y con ello vuelto a la sobriedad. Hasta que vio ese circulo misterioso al que
otorgo toda su atención.
-“Aiba, ¿Pero qué es eso?” Afirmo Chety con su mítico e
inconfundible tono.
-“No se, mira a ver a que huele” Dijo Wanchope pensando que
nunca le iba hacer caso.
Pero nunca se puede dar algo por descontado con Chety, que
ni corto ni perezoso, ni por supuesto sobrio, se tumbó en el suelo y comenzó a
lamer el círculo de la muerte.
-“Pues no sé que será, solo hay una cosa clara, a meado a mi
no me sabe”
Es evidente que después de aquello nadie pudo contestar a
Chety, ya que los demás también se tiraron al suelo en su caso de la
insoportable risa.
Ese fue el momento final que les hizo volver a Burgos
confirmando el que según sus propias palabras, ha sido el mejor drogomingo de
la historia de Chety.
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